martes. 16.04.2024

Por Pedro Calero

Muchas familias ahogadas por una situación en algunos casos dramática, casi 12.000 personas están en paro, las familias no llegan a final de mes y las empresas en situaciones límite con algunas al borde del cierre. Con este panorama nos encontramos a unas administraciones públicas de Lanzarote, encabezadas por el Cabildo, impasibles ante lo que se nos ha venido arriba. De la máxima institución insular solo conocemos que tiene una hoja de ruta y un plan de desarrollo sostenible, por cierto realizado en un circunstancias ajenas a las actuales, más pensadas para otra cosa que para reactivar nuestra situación socioeconómica.

Lanzarote es la isla donde más crece el paro en toda Canarias en el último año, nos topamos con el hecho irrefutable que nos dan las cifras de paro, si comparamos los parados a octubre de 2008, son 11.758 personas paradas mientras que en la misma fecha de 2007 la cifra era de 7102 personas, lo que supone un crecimiento del paro de 65%.

Podríamos explicar estas cifras por la crisis general, pero nos confundiríamos, lo primero porque si los comparamos con el resto de Canarias la subida en esas fechas, solo fue de 38%. Incluso Fuerteventura, muy parecido con nuestra isla por su modelo económico, sube un 46%, es decir menos que Lanzarote. Las explicaciones dadas por nuestros actuales gobernantes del pacto PIL-PSOE se escudan en que la culpa siempre esta más allá de las orillas de Lanzarote, nunca han caído en la cuenta que su falta de acción tampoco ayuda a suavizar el problema, como demuestran las cifras anteriores.

En este año y pico de gobierno deberían haberse adoptado una serie de acciones para paliar la crisis que vivimos, pero sólo sabemos de estudios, de hojas de ruta, de informes, pero de acciones muy pocas. Sabemos como el presidente Zapatero estuvo negando la crisis durante mucho tiempo, es muy posible que los actuales gobernantes de la isla les este pasando lo mismo.

Su única política es no hacer o incluso obstaculizar buena parte de la obra pública y la planificación, tan necesarias en estos momentos para movilizar la mano de obra parada y aumentar la actividad. Dan más importancia a seguir gobernando que ponerse a trabajar para reactivar la economía y con ello mejorar el bienestar de su pueblo.

Nosotros, como sociedad, no podemos permitirnos el “lujo” de dejar fuera del mercado de trabajo a miles de lanzaroteños, no es posible vertebrar y dinamizar una sociedad si parte de ella queda fuera. El futuro de Lanzarote no pasa por tener una economía subsidiada. Esta isla no debe perder su dinamismo y capacidad de innovación, una característica intrínseca a la sociedad insular que le ha reportado los actuales niveles de bienestar.

12.000 parados. Lanzarote la isla que peor lleva la crisis
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